Descubrí el trabajo de Gerard Rancinan gracias a un par de clientes coleccionistas que habían seguido su trabajo durante años. Las casualidades de la vida hacen que tengamos amigos en común y tuve la suerte de descubrir su taller y conocerlo con su cómplice Caroline Gaudriault. Inmediatamente me enamoré de un personaje tan atractivo que aprendí a conocerlo mejor y a descubrir sus múltiples talentos. Su trabajo ahora está expuesto en todo el mundo con disposiciones increíbles y siempre inesperadas.